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martes, 8 de mayo de 2007

Vista, tacto, oído, gusto, olfato…




Además de los cinco sentidos existe en mí y según me atrevo a aseverar, en todo ser humano, un sentido extra sensorial que manifiesta en el cuerpo lo que visualmente percibo, por ejemplo, cuando presenciamos un accidente. En nuestro cuerpo se produce una sensación desagradable, indefinible, ¿por qué si sólo lo captamos a través de la vista? Es difícil de explicar, pero cuando vemos, no sólo vemos con los ojos, sino con todo el cuerpo. Como la primera vez que vi un cadáver en la acera, la impresión y la sensación no me abandonan hasta el día de hoy…Quizás las sensaciones son algo así como las miradas de la piel.


El cuerpo es algo propio y misterioso, y además de tener el registro sensorial, siente y percibe en su totalidad, no sólo con una parte o un sentido.

Cuando dibujamos una figura humana, dibujamos sin saberlo, nuestro propio cuerpo, al igual que cuando se hace un retrato fotográfico, casi siempre hay algún rasgo (no solo en fisonomía) por el cual eventualmente puede decirse que es en parte, un autorretrato.

Si le pedimos a alguien que dibuje una figura humana, las proporciones que va a utilizar en la mayoría de los casos serán acordes con su propio cuerpo. Si tiene un problema en una pierna, un brazo mas largo, ojos grandes, etc., encontraremos una alteración en el dibujo que hizo con cierta correspondencia a la característica poseída. Si tiene un problema neurológico o mental, puede esbozar la cabeza de alguna manera especial. El reflejo de identificarse con el dibujo es inconsciente, la persona no sabe que se está dibujando a sí mismo.

Si vemos la obra de Lautrec, por ejemplo, veremos siempre el mismo parecido físico del pintor en todas las siluetas deformes; lo mismo sucede con las manos en las obras de Leonardo da Vinci.

Hace años pinte un cuadro, en un momento muy triste de mi vida, al exponerlo frente a la clase, todos comentaron la tristeza y el dolor que emanaba de la figura femenina, de la expresión de sus grandes ojos, la palabra dolor se repitió varias veces, inevitablemente los ojos de esa figura, eran los míos…Cuando elegimos plasmar en cualquier formato grafico, un tema determinado, este no hace más que reflejar cómo nos vemos a nosotros mismos en el mundo, también cómo es ese mundo y cómo nos sentimos en el, mostrando sin saberlo, nuestro mundo interior.

Podemos sentir en los demás la angustia, también la ansiedad. Percibimos sensorial y corporalmente, porque cuando vemos al otro casi siempre y de manera automática traspasamos lo visto a primera persona (¿Y si hubiese sido yo?, ¿Por qué siento esto?)

Cuando hacemos un retrato, construimos una imagen de nosotros mismos. Graficamos las cosas, respecto a la propia experiencia y a como sentimos al mundo. Si es así, ¿Que sentimientos dibujaran las imágenes en mis autorretratos?

En cuanto a la pincelada, estilo o color utilizado, también denotaran la forma personal de expresión: fluida o zigzagueante, suave o muy intenso, si tiene rasgos de agresividad o dulzura, son muchos los aspectos que podemos analizar. Y las sorpresas que encontraremos pueden ser aun más. No necesariamente el dibujo debe ser figurativo, hasta en una representación abstracta o infantil delatara nuestro inconsciente

Las relaciones con respecto a lo que nos circunda y las personas que están cerca de nosotros van variando a través de los años. Quizás nuestra técnica mejore, pero siento que en realidad, es cómo nos ubicamos con respecto a lo vivido, y cómo los eventos de la vida repercuten en nosotros y cómo manejamos a nivel íntimo y sensorial la felicidad o tristeza.

Hablemos con imágenes…